También conocida como la “Ciudad de Dios”, este antiguo sector de la localidad de San Cristóbal lucha hoy por no desaparecer, ya que su declaratoria como “Patrimonio Cultural” de Bogotá sigue dilatándose año con año.
Bogotá, D.C., 6 de septiembre de 2022. Para el año 1911, Bogotá no tenía más de 100 mil habitantes. La ciudad mantenía un aire colonial y rústico, muy distante de las grandes capitales industriales de Europa, como Londres o Berlín. Justamente en ese periodo fue cuando arribó a Colombia el sacerdote español José María Campo Amor, quien se asentó en la capital.
El misionero trajo consigo más que solo cruces o escapularios: predicaba sobre una forma distinta de organización del proletariado, más justa, equitativa y con énfasis en la calidad de vida de los trabajadores. Aunque para ese momento Bogotá poseía artesanos, más no obreros (propiamente dicho) Campo Amor impulsó ante su orden religiosa, la Compañía de Jesús, la creación de un grupo social llamado el “Círculo de Obreros”.
A través de esta figura asociativa fue que posteriormente se fundaría la reconocida Caja Social de Ahorros, la cual evolucionó para ser conocida actualmente como la Fundación Social. Casi al tiempo, el Círculo de Obreros adquirió un predio en el sur de Bogotá, conocido como la finca “El Peñón del Aserrío”, de aproximadamente 6 hectáreas. Fue allí donde se proyectó la urbanización San Francisco Javier, nombre escogido en honor a su patrono, denominación que cambiaría con las décadas.
Villa Javier fue la primera urbanización construida en Bogotá, además de ser el primer proyecto de vivienda en el que se desarrolla una planificación del territorio. Además, el barrio tuvo una destinación evidentemente obrera, con la cual se beneficiaron cientos de familias de artesanos de la capital.
El proyecto se edificó a partir del ahorro de los afiliados a la caja y por donaciones de benefactores (damas voluntarias), culminando 20 años después, en el marco de la II Guerra Mundial.
Villa Javier cumple 109 años este martes 7 de septiembre, y aunque algunas edificaciones icónicas de la urbanización - como el edificio comunitario - siguen en pie, lo cierto es que en la actualidad el barrio enfrenta una amenaza: menos del 30% de las estructuras originales aún están y se corre el riesgo de perder su carácter histórico, todo por cuenta de las licencias de construcción otorgadas para la edificación de torres de apartamentos, que, a la final, borrarán su historia.
Como parte de la campaña “San Cristóbal tiene memoria”, la alcaldía local rendirá tributo al barrio a través de una placa conmemorativa, la cual será instalada en la fachada de una vivienda de la calle 9 a sur carrera 4, donde se fabricaban las velas del sector. Por su parte la Junta de Acción Comunal realizará una celebración de “cumpleaños” con torta incluida.
También se tiene programado a las 3:00 pm del mismo día un conversatorio virtual sobre la historia de la urbanización, liderado por el arquitecto Rubén Hernández Molina, de la alcaldía local. Finalmente, el próximo jueves 8 de septiembre a las 4:00 pm se realizará una charla presencial sobre inspección, vigilancia y control de bienes de interés cultural.